domingo, 29 de marzo de 2015

Red Velvet


Red Velvet o Terciopelo Rojo, así se llama esta tarta típica de EEUU y Canadá. Yo no la conocía, cuando por primera vez vi una foto del pastel pensé que era muy llamativo y cuando leí que la cobertura era de queso ya me acabó de conquistar.
El único ingrediente raro es el colorante para el bizcocho. Lo que tendría que haber comprado un molde mas pequeño para que quedara más alto y así que se luciera mas el color del bizcocho rojo. Ahora ya lo tengo así que para el siguiente lo voy hacer mucho mejor, os lo prometo.

Los ingredientes

Para el bizcocho: 250 gramos de harina tamizada, 1 sobre de levadura química, 2 cucharadas de cacao en polvo, 115 grs. de mantequilla sin sal, 200 gramos de azúcar, 2 huevos, 1 cucharadita de extracto de vainilla, 1 yogurt natural, 2 cucharadas de zumo de limón, 2 cucharadas de colorante rojo.

Para la cobertura: 2 vasos de nata montada, 500 grs. de queso crema para untar (tipo philadelphia), 1/2 cucharadita de extracto de vainilla, 200 gramos de azúcar glasé.

La preparación del Red Velvet
Precalentamos el horno a 160º.
En un bol mezclamos la harina tamizada, el cacao y la levadura.
En un cuenco pequeño ponemos el yogurt y el limón, mezclamos, dejamos que repose unos minutos y le agregamos el colorante, removiéndolo para que se coloree perfectamente.

En otro bol grande batimos y mezclamos la mantequilla a temperatura ambiente y el azúcar hasta obtener una mezcla perfecta. A continuación vamos agregando los huevos uno a uno mientras batimos. Añadimos la vainilla y volvemos a mezclar. Vamos agregando la harina y la mezcla de yogurt y limón coloreada poco a poco, por partes y removiendo perfectamente para conseguir la masa del bizcocho sin grumos.
Engrasamos y enharinamos el molde. Volcamos la masa y lo llevamos al horno.
Cocemos durante unos 40 minutos, hasta que este cocido, lo sabremos cuando al pincharlo con un palillo este salga limpio.
Dejaremos enfriar.
Mientras se enfría vamos preparando la cobertura. En un bol mezclamos suavemente el queso, el azúcar glasé y la nata montada. Removemos hasta conseguir una mezcla homogénea. Tapamos con papel transparente y dejamos enfriar en la nevera por una hora para que se quede firme.

La degustación

Montaremos el Red Velvet, cuando el bizcocho este bien frío lo cortamos haciendo discos, vamos rellenando con crema cada uno de los discos y finalmente cubrimos todo el pastel.
Lo podemos decorar con coco seco rallado.
Como el bizcocho es muy tierno y esponjoso, se rompe con facilidad a la hora de formar los discos, hay quien le da un poco más de cuerpo metiendolo un ratito en el congelador.
 A mi no me dio para cubrirlo una vez cerrado porque como os conté lo hice en un molde muy grande y me quedó bastante plano pero bueno, el sabor era igual de delicioso!


viernes, 27 de marzo de 2015

Anemia por deficiencia de hierro durante el embarazo



¿Por qué hay más probabilidades de tener anemia durante el embarazo?


La cantidad de hierro que necesita tu cuerpo aumenta significativamente cuando estás embarazada. El hierro es esencial para la producción de hemoglobina, la proteína que se encuentra en los glóbulos rojos y que lleva el oxígeno a las otras células. Durante el embarazo, la cantidad de sangre de tu cuerpo se expande hasta llegar a un 50 por ciento más de lo usual. Por lo tanto, necesitas más hierro con el fin de producir más hemoglobina para toda esa sangre adicional. También necesitas hierro extra para tu bebé en desarrollo y la placenta. 

Desafortunadamente, la mayoría de las mujeres comienzan el embarazo sin las reservas de hierro suficientes para satisfacer las crecientes demandas de su cuerpo, particularmente durante el segundo y tercer trimestre. Si llegas al punto en que ya no tienes suficiente hierro para producir la hemoglobina que necesitas, estarás anémica. 

El riesgo es aún mayor si tienes náuseas lo suficientemente graves como para causar vómitos frecuentes, si has tenido dos o más embarazos seguidos, si estás embarazada de más de un bebé, si llevas una dieta pobre en hierro o si el ciclo menstrual previo al embarazo fue muy fuerte. 

Esta es la razón por la cual la cantidad de hierro que necesitas aumenta durante el embarazo de 18 a 27 miligramos (mg) por día. Como es difícil absorber el hierro suficiente solamente a través de la dieta, recomiendan que las mujeres embarazadas tomen un suplemento diario de 30 mg de hierro elemental como dosis preventiva. Muchos suplementos prenatales contienen esa cantidad de hierro. 

La falta de hierro es la causa más común de la anemia, pero no es la única. También puedes desarrollar anemia si no tomas la cantidad suficiente de ácido fólico o vitamina B12, si pierdes mucha sangre, o debido a ciertas enfermedades o trastornos de la sangre hereditarios, tales como la enfermedad de las células falciformes. 

El tratamiento para la anemia depende de la causa, y los suplementos de hierro no siempre son la respuesta. 



¿Cómo sabré si estoy anémica?


Tu médico te hará un análisis de sangre para saber si tienes anemia en la primera consulta prenatal. Una de estas pruebas (hematocrito) mide el porcentaje de células rojas en tu plasma. La otra (hemoglobina) mide el número de gramos de hemoglobina en tu sangre. 

Incluso si no estás anémica al inicio del embarazo, es común que la anemia se desarrolle a medida que el embarazo avanza. Por eso, te harán otro análisis al final de tu segundo trimestre o comienzos del tercero. Es normal que tus niveles de hemoglobina y hematocrito bajen algo en la segunda mitad del embarazo, cuando la cantidad de sangre en tu cuerpo se expande dramáticamente y la cantidad de plasma (el componente fluido de la sangre) aumenta de forma más rápida que el número y tamaño de las células rojas, pero es importante que no desciendan demasiado. 

Si desarrollas anemia, es posible que no tengas ningún síntoma, especialmente si tu condición es leve. O bien, puedes sentirte cansada, débil y mareada. (Por supuesto, estos son síntomas que muchas mujeres tienen durante el embarazo, ya estén anémicas o no). También puedes notar que estás más pálida (especialmente en las uñas de las manos, debajo de los párpados y en los labios). Otros síntomas incluyen un ritmo cardiaco acelerado, palpitaciones, respiración entrecortada, dolor de cabeza, agotamiento, irritabilidad o problemas para concentrarte. 

Finalmente, algunos estudios han encontrado algún vínculo entre la anemia ferropénica severa y los antojos por sustancias que no son alimentos como hielo, papel o arcilla (condición conocida como pica). Si tienes estos antojos, no te dejes llevar por ellos y asegúrate de avisar a tu médico. 



¿Cómo se trata la anemia?


Si el análisis indica que tienes anemia por deficiencia de hierro, los médicos te recetarán un suplemento adicional de hierro. La dosis dependerá de la severidad de tu anemia, pero es probable que te prescriban entre 60 y 120 mg o más de hierro elemental diariamente, además del hierro en tu suplemento prenatal. 

Ten en cuenta que estas dosis se refieren a la cantidad de hierro elemental, o hierro puro, en un suplemento. Algunas etiquetas listan la cantidad de sulfato ferroso (un tipo de sal de hierro) en vez de, o además de, la cantidad de hierro elemental. Un suplemento que contenga 325 mg de sulfato ferroso, el suplemento de hierro más comúnmente usado, te dará alrededor de 60 mg de hierro elemental. Otros usan 300 mg de gluconato ferroso, que te dará alrededor de 34 mg de hierro elemental, o fumarato ferroso, que contiene alrededor de 106 mg de hierro elemental en una tableta de 325 mg. 

Para asegurarte de absorber la mayor cantidad de hierro posible, toma las píldoras de hierro con el estómago vacío. Tómalas con agua o jugo de naranja (la vitamina C ayuda a la absorción), pero no las tomes con leche (el calcio dificulta la absorción). El café y el té también dificultan la absorción. 

En cuestión de una semana más o menos después de comenzar el tratamiento, deberías haber empezado a producir muchas nuevas células rojas y tus niveles de hemoglobina empezarán a elevarse. Generalmente solo se tarda un par de meses en resolver la anemia, pero tu doctor seguramente te aconsejará que continúes tomando suplementos de hierro durante varios meses para que puedas recargar tus reservas de hierro. 

Otra cuestión importante que hay que tener presente: ten la precaución de guardar las píldoras de hierro en recipientes a prueba de niños o fuera del alcance de estos. Cada año mueren más niños por sobredosis de hierro que por cualquier otro tipo de envenenamiento accidental con medicamentos. De hecho, una sola dosis para adultos puede envenenar a un niño pequeño. 



¿Ingerir mucho hierro tiene efectos secundarios?


Los niveles altos de hierro en suplementos pueden alterar el tracto gastrointestinal. La mayoría de las veces se produce estreñimiento, que de por sí es un problema para muchas mujeres embarazadas. Si tienes estreñimiento, tomar jugo de ciruelas pasas te puede ayudar a mantener la regularidad (y, por si fuera poco, es una buena fuente de hierro). Tomar un reblandecedor de heces también te puede ayudar. 

También puedes padecer acidez, molestias abdominales, náuseas o, rara vez, diarrea. Si piensas que el suplemento te hace sentir mareada, prueba a tomarlo antes de acostarte. Intenta tomar tu hierro en momentos diferentes del día para ver qué es lo que mejor te funciona. Por ejemplo, si el hierro irrita tu estómago o si sufres de acidez, evita tomarlo a la hora de irte a dormir porque estar recostada después puede incrementar tus molestias. 

Por otra parte, si tu única queja es que el hierro te hace sentirte con un poco de náuseas después de ingerirlo, intenta tomarlo cerca de la hora de irte a dormir, porque quizás puedas dormir a pesar de las náuseas. 

Si los efectos secundarios continúan molestándote, consulta con tu médico. Puedes evitar problemas estomacales si comienzas con una cantidad pequeña de hierro y luego la vas aumentando gradualmente hasta llegar a la dosis que necesitas, o puedes tomar el hierro en dosis divididas durante el día. Si estas tácticas no te ayudan, quizás necesites tomar el hierro siempre con comidas, o usar una fórmula de liberación lenta. No es la solución ideal a nivel de absorción, pero quizás sea lo necesario. 

Por último, no te preocupes si tus heces son más oscuras cuando comienzas a tomar hierro. Este es un efecto secundario normal. Pero si notas sangre en tus heces, ponte en contacto con tu doctor. 



¿Cómo afecta la anemia la salud de mi bebé y la mía?


Tu bebé cubre su necesidad de hierro tomando su parte antes de que tú tomes la tuya. Sin embargo, la anemia materna puede afectar las reservas de hierro del bebé a la hora de nacer, lo cual aumenta el riesgo de que padezca anemia durante la infancia

La anemia durante el embarazo se asocia con un mayor riesgo de tener un parto prematuro o un bebé de bajo peso. También se asocia con un riesgo mayor de un bebé que nace sin vida o muere al poco de nacer. Por lo tanto, hay que tomarse este tema muy en serio. 

La anemia ferropénica también puede afectar tu salud al quitarte energía y hacer que a tu cuerpo le resulte más difícil luchar contra las infecciones. Y, si estás anémica en la última etapa del embarazo, tienes más posibilidades de tener problemas si pierdes mucha sangre en el momento de dar a luz. Puedes sentirte mareada, sentir acelerado el ritmo cardiaco o tener otros síntomas que requieren permanecer en el hospital un día extra o dos. 

También tienes más posibilidades de necesitar una transfusión de sangre. Y hay investigaciones que sugieren que la anemia puede elevar tus posibilidades de tener una depresión posparto. 



¿Qué puedo hacer para prevenir la falta de hierro?


Toma vitaminas prenatales y lleva una dieta sana que incluya muchos alimentos ricos en hierro. La carne roja es tu mejor opción, aunque la carne de ave (carne oscura), otras carnes y los mariscos también son buenas fuentes. 

Entre los alimentos ricos en hierro que no provienen de animales se encuentran los siguientes: legumbres, tofu, pasas, dátiles, ciruelas, higos, damascos (albaricoques), patatas (con su piel), brócoli, remolachas, vegetales de hoja verde, panes integrales, melazas y cereales fortificados con hierro. Ten en cuenta que tu cuerpo absorbe mejor el hierro de fuentes animales (hierro hemínico) que de fuentes no animales (hierro no hemínico). 

Cuidado: no comas hígado para cubrir tus necesidades de hierro. Es mejor evitar el hígado durante el embarazo, porque contiene cantidades peligrosas de vitamina A, que puede causar defectos de nacimiento cuando se consume en exceso durante el embarazo. 


¿Hay algo que pueda ayudar a mi cuerpo absorba el hierro mejor?

Comer y beber alimentos ricos en vitamina C, al mismo tiempo que tomas el suplemento de hierro o comes vegetales ricos en hierro, puede ayudar a que el cuerpo absorba significativamente más del tipo de hierro que se encuentra en fuentes no animales. Entre los alimentos con vitamina C que son una buena opción se incluyen: un vaso de jugo de naranja o tomate, un puñado de fresas, pimientos dulces, o medio pomelo. 

La carne y el pescado (fuentes de hierro hemínico, que el cuerpo absorbe mucho más fácilmente) también pueden mejorar la absorción de hierro proveniente de los alimentos que no son carne. Por ejemplo, si añades un poco de carne de res a un guiso vegetal, la carne puede ayudarte a absorber el hierro de los vegetales. 


¿Hay algo que interfiera con la habilidad del cuerpo para absorber hierro?

El calcio interfiere con la habilidad del cuerpo para absorber hierro. Por lo tanto, si estás tomando suplementos de calcio o un antiácido que contiene calcio, suspéndelos mientras comes alimentos ricos en hierro o no los tomes en el mismo momento que el suplemento de hierro. Por la misma razón, no tomes el suplemento con leche, que es rica en calcio. En lugar de eso, bebe leche entre las comidas. 

Lo mismo se aplica al té o café, porque contienen polifenoles que interfieren con la absorción de hierro proveniente de los suplementos o las fuentes vegetales. 

En mi caso:

Estuve tomando hasta la semana 20 un suplemento vitamínico para embarazo que incluía un aporte de todas las vitaminas necesarias durante el embarazo. Como que con la pequeña tuve anemia en el embarazo a partir de la semana 26, para prevenir que me vuelva a pasar ahora, empecé a tomar hierro. Así que llevo 5 semanas con hierro y yodo. Ahora en la semana 28 tengo analítica así que depende de los resultados seguiré con esto o lo cambiaré. Hablo por mi misma porqué lo de la anemia en el anterior embarazo me lo detectaron en España porqué aquí según ellos estaba todo dentro de lo normal. Así que esta vez prefiero prevenir que curar. 

miércoles, 25 de marzo de 2015

25 semanas de embarazo: rellenando arrugas

Mi bebé…


Desde la cabecita hasta los pies, tu bebé mide ahora unos 34 centímetros. Pesa unos 680 gramos y, aunque no te parezca mucho peso, su cuerpo se ve ya más llenito, en vez de delgadito y largo. A medida que vaya engordando, su piel tendrá menos arrugas.


Cada día se parece más al recién nacido que conocerás en unas semanas. Su cabello ya tiene color y textura, aunque una vez que haya nacido, podría cambiar. Por ejemplo, los bebés que nacen pelirrojos pueden ponerse rubios, los que tienen pelo oscuro pueden tener luego mechas de un color más clarito y, a menudo, los rubios se convierten en morenos.




Mamá...
Durante el embarazo, tu piel se está estirando para acomodar el desarrollo de tu bebé y el peso que estás aumentando. Además, necesitas más líquidos, por eso es importante vigilar que siempre estás hidratada. La hidratación insuficiente, combinada con el estiramiento de la piel, puede provocar comezón. Sin embargo, si tienes una comezón que dificilmente puedes soportar, puede que estés sufriendo una enfermedad que aparece durante el embarazo que se llama PUPP, que son las siglas en inglés de pápulas y placas de prúrito de urticaria en el embarazo. Si la comezón te resulta insoportable, usa mucha crema hidratante, bebe mucha agua y evita los baños calientes o frecuentes. Si todavía te molesta mucho la comezón, debes consultar con tu doctor.


Tu bebé no es el único que tiene más cabello. Es posible que tu pelo se vea ahora más abundante y sedoso que nunca. No es que te esté creciendo más, sino que se te cae menos. También puede que notes un vello corporal más denso y de color más oscuro, e incluso observes que tienes vello en la barbilla, el labio superior, la mandíbula, los pómulos, los pechos o hasta en el vientre. Esto se debe al incremento de las hormonas sexuales que se conocen como andrógenos. Todo regresará a la normalidad en las semanas posteriores a que nazca el bebé. 


Cuando te hagan la prueba de tolerancia a la glucosa entre las 24 y las 28 semanas, tu doctor querrá tomar un poco más de sangre para analizarla y comprobar que no tienes anemia. Aunque el volumen de la sangre aumenta mucho durante el embarazo, la cantidad de glóbulos rojos disminuye, y a veces se produce un tipo de anemia conocida como anemia fisiológica, bastante común en el segundo y el tercer trimestre del embarazo. Si los análisis de sangre muestran que tienes anemia, el doctor probablemente te recomendará que tomes un suplemento de hierro.

Hacer ejercicio sigue siendo seguro, pero presta mucha atención a las señales que te da tu cuerpo: no hagas ejercicio si te sientes muy cansada y detente si sientes cualquier dolor o estás fatigada, mareada o sin aliento. No pases demasiado tiempo recostada sobre tu espalda, ni hagas ejercicios en los que puedas perder el equilibrio. Asegúrate de beber mucha agua y dejar tiempo para hacer un calentamiento y para un periodo de enfriamiento.

Esta semana…

Me he apuntado al reto 21 días. El otro día leí en un artículo que el cuerpo necesita 21 días para adaptarse a una rutina nueva, a una dieta, a un estilo de vida… Como que llevo días que con el dolor que me entra en la barriga a media tarde no puedo hacer nada me he retado a si o si hacer por poco que sea todos los días algo de ejercicio. Los días que estoy de subidón pues al lío y los días que me cueste más simplemente sentarme en la bici a pedalear o salir a caminar. Hoy es el segundo día así que ya os contaré la semana que viene que tal… También me estoy planteando comprarme una faja para el embarazo. Tengo poca barriga pero la única manera de calmar el dolor es con presión en la zona así que quizás poniendo una faja a partir de media tarde me ayude a no notar molestias. Alguien ha probado las fajas de embarazo?

Hasta el viernes :P


domingo, 22 de marzo de 2015

Lasaña de calabacín y salmón ahumado



Me encanta el calabacín. Creo que es de las pocas verduras que no me canso de comer y me las como agusto!! Aquí una receta fácil para cenar!!

Ingredientes (2 personas):


- 2 calabacines medianos pelados y cortados a lo largo
- Salmón ahumado
- Philadelphia (yo uso la lightest que es más light que la light 4% solo)
- Queso rallado bajo en grasa
- Aceite de oliva y sal

Procedimiento:

Ponemos las tiras de calabacín en un plato y lo aliñamos con un poco de aceite y sal y metemos en el microondas 6min (yo lo hago en 2 veces para que no queden muchos trozos amontonados)

-Colocamos una capa de calabacín en la fuente para horno y encima una de salmón y después huntamos la philadelphia y otra capa de calabacín y por último el queso rallado y a al horno precalentado a 180 hasta que el queso se gratine


Bon profit!!! ;P

viernes, 20 de marzo de 2015

Diabetes gestacional: prueba de la glucosa


Mi médico dice que necesito una prueba de la glucosa. ¿Por qué?


La mayoría de los doctores recomiendan de forma rutinaria una prueba de detección de la glucosa (o GCT, por sus siglas en inglés) entre la semana 24 y 28 del embarazo para comprobar si existe diabetes gestacional o del embarazo, que es un exceso de azúcar en la sangre que algunas mujeres padecen durante el embarazo. 

La prueba de detección de la glucosa no te dará un diagnóstico exacto, sino más bien está diseñada para identificar a tantas mujeres como sea posible, que podrían padecer de un problema y necesitan más pruebas para determinarlo. Por eso, aunque tengas un resultado positivo eso no quiere decir necesariamente que vayas a tener diabetes del embarazo. De hecho, sólo un tercio de las mujeres que tienen un resultado positivo en esta prueba, padecen realmente diabetes gestacional. 

Para saber si tienes diabetes del embarazo, tendrás que pasar por una prueba más larga y más exacta, que se denomina curva de la glucosa o prueba de tolerancia a la glucosa (GTT por sus siglas en inglés). 

Alrededor de un 2 a un 5 por ciento de las futuras mamás desarrollan diabetes del embarazo. Debido a que esta enfermedad no causa síntomas, hacer esta prueba es la única forma de saber si la tienes. 

Es posible que tu doctor quiera que te hagan la prueba antes de las 24 semanas, si una de las pruebas rutinarias de orina muestra que hay una cantidad elevada de azúcar en la sangre o si cree que tienes un riesgo alto de padecer diabetes gestacional. Si los resultados son normales, te volverán a hacer una prueba entre la semana 24 y 28 de embarazo. 

Por supuesto, si ya te han diagnosticado diabetes antes del embarazo, no necesitarás que te vuelvan a hacer la prueba. En vez de eso tu médico estará trabajando contigo para controlar esta enfermedad durante tu embarazo. 



¿Cómo se hace la prueba de detección de la glucosa?


Cuando llegues al hospital o clínica para que te hagan la prueba, te darán una solución de agua azucarada, que contendrá 50 gramos de glucosa. Sabe como una soda o gaseosa muy dulce y viene en varios sabores. Tendrás que tomártela en unos cinco minutos. En algunos lugares la tienen refrigerada o te dejan ponerle hielo para tomarla. 

Llévate un libro, una revista o baja material para leer o entretenerte en tu móvil, porque tendrás que esperar una hora hasta que tu médico, o bien una enfermera o técnico, te tome una muestra de sangre del brazo para ver cuál es tu nivel de azúcar en sangre. La idea es ver qué tan eficaz es tu cuerpo para procesar ese azúcar. El resultado de la prueba lo tendrás disponible en unos días. 

Si la lectura no es normal (es demasiado alta), algo que ocurre entre el 15 y el 23 por ciento de las veces, tu médico ordenará que realicen una prueba que dura tres horas y que se conoce como la curva de la glucosa, para ver si realmente tienes diabetes del embarazo. Afortunadamente, la mayoría de las mujeres a las que les resulta positiva la primera prueba, pero no tienen diabetes del embarazo. 



¿Me hará sentir mal esta prueba?


A algunas mujeres les da náuseas tomar la bebida de glucosa y algunas incluso vomitan. A veces ayuda haber comido algo unas horas antes de la prueba. Si vomitas poco después de haber tomado la bebida, tendrás que regresar otro día y repetir la prueba. Pero para la mayoría de las personas esto no es un problema. 

Generalmente es más común que las mujeres se sientan con náuseas durante la prueba de tres horas, porque la solución que hay que tomar es el doble de dulce o hay que tomar una cantidad mayor de líquido. Además se tiene que tomar en ayunas. 



¿Qué es un nivel de glucosa anormal en la sangre?


Cada médico tiene sus propios estándares para determinar si tu nivel es demasiado alto. Algunos dicen que si tu nivel de azúcar está por encima de los 140 miligramos de glucosa por decilitro de plasma sanguíneo (mg/dL) o más, necesitarás hacer la prueba de tolerancia a la glucosa. Otros establecen el límite en 130 mg/dL para poder detectar más mujeres con diabetes del embarazo, aunque haya más resultados positivos falsos de esta forma. 

Si la glucosa de tu sangre en esta prueba está por encima de los 200 mg/dL, la mayoría de los doctores considerarán que eres diabética y no tendrás que realizar la prueba de la tolerancia a la glucosa. Pero cualquier cifra entre 140 y 200, significa que tendrás que hacer la curva de la glucosa de tres horas, para obtener un diagnóstico definitivo. 



¿Cómo es la prueba de la curva de la glucosa?


Probablemente, te dirán que tomes durante tres días antes de la prueba unos 150 gramos extra de hidratos de carbono. Si te alimentas de forma normal y tomas un pedazo extra de pan en cada comida, seguramente obtendrás suficientes hidratos de carbono. Durante ocho a 14 horas antes de la prueba, no puedes comer o beber nada más que sorbitos de agua (y no debes fumar ni hacer ejercicio). Lo mejor es programar la prueba para primera hora de la mañana. 

Cuando llegues para hacer la prueba, el técnico tomará una muestra de tu sangre para determinar tu "nivel de glucosa en ayunas" y luego te pedirá que bebas una dosis más concentrada, o una mayor cantidad, de la solución de glucosa. Después te tomarán más muestras de sangre en los brazos, cada hora, durante las tres próximas horas. Cada vez que el técnico te saque muestras de sangre deberá alternar los brazos. 

Definitivamente necesitarás algo con lo que distraerte en este tiempo, porque estarás sentada en la sala de espera entre las tomas de muestras de sangre. Y también debes llevarte algo para comer para cuando se acabe la prueba, porque probablemente estarás hambrienta. 

Si una de las cifras no es normal, es posible que tengas que realizar otra prueba más adelante en tu embarazo. O bien tu doctor puede pedirte que hagas algunos cambios en tu dieta y nivel de ejercicio. Si hay dos o más cifras que no son normales, entonces te diagnosticarán diabetes del embarazo, y tendrás que hablar con tu médico acerca del tratamiento. 



¿Qué ocurre si me diagnostican diabetes del embarazo?

Estarás en contacto con tu médico o con un especialista en diabetes del embarazo, y posiblemente con una nutricionista para crear un plan para manejar esta condición. La diabetes gestacional sólo suele durar hasta que acaba el embarazo, pero hay un pequeño número de mujeres entre las que desarrollan diabetes durante el embarazo, que la siguen teniendo después. Por eso, es importante que hagas otra prueba de la glucosa seis a ocho semanas después de haber dado a luz. 


En mi caso:

Yo en los dos últimos embarazos me salió alto el nivel de glucosa. En el primer embarazo tuve que hacerme la curva de la glucosa la de 3h para verificar si sufría o no de diabetes gestaciones y el resultado fue que no. En el segundo embarazo aprovechando que estaba en España también me hice la analítica y también me salió alta. Los resultados los tube cuando ya me encontraba en Inglaterra por lo que se lo comenté a la midwife (matrona) y me dijo que aquí estaban dentro de lo normal por lo que no me hizo falta realizar la curva de la glucosa. Ahora hasta la semana 28 no tengo visita con la midwife con analítica incluida así que a esperar que pasa esta vez.


miércoles, 18 de marzo de 2015

24 semanas de embarazo: se entera de todo!!


Mi bebé

¡Tu bebé no para de crecer! Desde la semana pasada ha aumentado alrededor de 113 gramos. Mide ya casi 30,5 centímetros y está engordando de manera proporcionada. En estas semanas en las que ya tiene todo formado, tu bebé está "perfeccionando" sus órganos como por ejemplo, el cerebro o los pulmones. 

Además, cada día puede escuchar más cosas. Quizás te des cuenta de que se asusta si escucha un ruido muy fuerte porque hace un movimiento brusco, aunque probablemente se está acostumbrando a los ruidos de todos los días, como el sonido de la aspiradora o el de algún perro ladrando. Después de que un bebé nace, los padres se suelen sorprender de lo poco que le afectan estos ruidos, pero si lo piensas... ¡ha pasado meses escuchándolos





Mamá

La parte superior del útero está ahora como 2,5 centímetros por encima del ombligo, y tiene el tamaño de un balón de fútbol. Como la piel de tu pecho y de tu abdomen se está estirando, es normal que sientas cierta comezón (picor). Si notas sequedad, usar una crema hidratante te ayudará. Si tu comezón es excesiva, consulta con tu doctor, ya que podría indicar un problema.

También puedes sentir irritación y sequedad en los ojos. Se trata de un síntoma bastante común durante el embarazo. Para aliviarlo puedes usar un colirio de lágrimas artificiales.

En esta etapa de tu gestación podrías sentir igualmente que los zapatos te aprietan. Esto no se debe solomente a la hinchazón normal que están experimentando tus manos y pies, sino a que las hormonas del embarazo relajan los ligamentos del cuerpo, haciendo que los huesos de los pies se separen.

Esta semana…

Empiezo con los días de bajón y días de subidón. Por lo general los de bajón suelen ser 2 a la semana. Durante la mañana nada pero hacia media tarde empieza el dolor en el bajo vientre y contracciones… Por lo que encontrar una posición en la que esté bien es lago difícil así que termino en la cama envuelta de almohadas! Esta etapa de estiramiento la he sufrido en todos los embarazos, al tener poca "chicha" la barriga tiene que salir y le cuesta más por lo que los dolores son un poco mas fuertes y acompañados por pequeñas perdidas. No me alarmo ya que se que es algo normal, no es un dolor muy fuerte ni tampoco va acompañado de otros síntomas de alarma. Las perdidas son en cuenta gotas a días alternos así que nada a esperar que pasen estas dos semanas y todo se agrande lo que se tenga que agrandar!!!

martes, 17 de marzo de 2015

St Patrick's Day




Hoy es mi santo!!!

Y desde que vivo en Inglaterra es como más importante!! Aquí lo celebran como un día festivo por la gran cantidad de Irlandeses que hay. Han cogido la tradición de Irlanda ya que San Patricio es el patrón y se suman a disfrutar de este día. En las grandes ciudades como Londres, Manchester, Birmingham hacen desfiles. Lo que no falta es la cerveza así que imaginaros el ambiente que habrá esta tarde-noche por aquí!!! También es muy habitual ver la gente tomando cervezas de color verde. Ya que es el color de este día.

Vamos a celebrarlo se ha dicho!!





domingo, 15 de marzo de 2015

Tiramisú


Sin duda este es el postre estrella en mi casa! Después de probar con varias recetas esta es la que mas me gusta.  Aquí van los ingredientes!!

Los ingredientes para 6 personas
  • 2 claras de huevo
  • 4 yemas
  • 100 gr. de azúcar o azúcar moreno
  • 400 gr. de mascarpone light o normal
  • 200 gr. de bizcochos de soletilla
  • 175 ml. café
  • 200 gr. de chocolate negro
  • Cacao en polvo para espolvorear (yo uso nesquik)
  • Una copita de Baileys

La preparación del tiramisú
En primer lugar, preparamos una cafetera de café, de calidad y dejamos enfriar. Le añadimos la copita de Baileys.

Después, montamos en un un recipiente las claras a punto de nieve con el utensilio de varas y reservamos. En otro recipiente grande batimos las yemas con el azúcar hasta que tenga una consistencia espumosa. En este momento le vamos añadiendo el mascarpone poco a poco y seguimos batiendo. Le añadimos las claras montadas y mezclamos bien.



 En el molde que queramos, normalmente se utiliza uno de rectangular, ponemos una capa de bizcochos de soletilla en el fondo y empapados de café.  Los cubrimos con una capa de la crema de mascarpone y espolvoreamos el cacao por encima. Hacemos lo propio con otra capa de bizcochos y finalizamos con una de crema de mascarpone con cacao espolvoreado por encima.

Ponemos en la nevera unas 3 horas para que quede consistente.

La degustación
Aunque el tiempo mínimo de estancia en la nevera de este tiramisú casero es de unas 3 horas, recomiendo dejarlo de un día para otro. Incluso un poco más. Cada hora que pasa el bizcocho se empapa más de los diferentes ingredientes hasta quedar completamente integrado en este postre de excepción.
Si les gusta el licor, pueden también mojar los bizcochos del fondo en diversos de ellos, el amaretto por ejemplo le da un toque de almendras amargas realmente agradable.

viernes, 13 de marzo de 2015

Preeclampsia


¿Qué es la preeclampsia?


La preeclampsia es un trastorno complejo que afecta a alrededor del 5 por ciento de las mujeres embarazadas. Para que te diagnostiquen preeclampsia debes tener:


  • Hipertensión arterial (presión alta). Este es el síntoma principal.

  • Otros síntomas puede incluir: proteína en la orina y anormalidades en el hígado o riñón.


La preeclampsia se manifiesta con más frecuencia después de la semana 37. No obstante, puede aparecer en cualquier momento durante la segunda mitad del embarazo, así como también durante el parto o incluso después de dar a luz (generalmente en las primeras 48 horas). 

Es posible tener preeclampsia antes de la semana 20, pero solo sucede en raros casos, por ejemplo cuando hay un embarazo molar. 

La preeclampsia puede ser de leve a severa y progresar lenta o rápidamente. Tu doctor verificará si padeces esta condición en cada visita prenatal. Te tomará la presión y revisará tu muestra de orina para ver si detecta proteína. 

¿De qué manera puede la preeclampsia afectar mi salud y la de mi bebé?


Cuanto más intensa sea la preeclampsia y cuanto más temprano se manifieste en el embarazo, mayores serán los riesgos para ti y para tu bebé. La mayoría de las mujeres que tienen preeclampsia presentan un caso leve poco antes de la fecha prevista para el parto, y tanto ellas como sus bebés evolucionan bien con el cuidado médico adecuado. 

Sin embargo, cuando la preeclampsia es fuerte, puede afectar muchos órganos y causar problemas graves o incluso potencialmente mortales. Por esto será necesario que des a luz prematuramente si tu estado es grave o empieza a empeorar. 

La preeclampsia provoca que los vasos sanguíneos se contraigan, lo que genera hipertensión y disminución del riego sanguíneo. Esto puede afectar muchos órganos de tu cuerpo, como el hígado, los riñones y el cerebro. 

Además, si hay un menor riego sanguíneo hacia el útero, el bebé puede tener problemas como bajo crecimiento, muy poco líquido amniótico y desprendimiento prematuro de placenta (cuando la placenta se separa de la pared uterina antes del parto). 

También ten en cuenta que, si es necesario que des a luz antes de la fecha prevista para el parto para proteger tu salud, el bebé puede tener problemas relacionados con su nacimiento prematuro. 

Las alteraciones en los vasos sanguíneos a causa de la preeclampsia pueden hacer que los capilares "pierdan" líquido en los tejidos, lo cual produce hinchazón (lo que se conoce como edema). Cuando los pequeños vasos sanguíneos de los riñones pierden líquido, la proteína que hay en el torrente sanguíneo se elimina al orinar. Es normal tener una cantidad pequeña de proteína en la orina pero si sobrepasa un nivel determinado puede indicar que tienes preeclampsia. 



¿Qué es el síndrome de HELLP?


Algunas mujeres con preeclampsia grave presentarán un trastorno denominado Destrucción de glóbulos rojos o hemólisis, Transaminasas elevadas y Bajo conteo de plaquetas ( HELLP por sus siglas en inglés).

Esta complicación puede generar en ti y en el bebé, más riesgo de presentar los mismos tipos de problemas que tendrías en el caso de una preeclampsia severa. Si tienes preeclampsia, te harán un análisis de sangre periódicamente para verificar que no haya ningún signo del síndrome de HELLP. 



¿Qué es la eclampsia?


En raras ocasiones, la preeclampsia puede desencadenar convulsiones, una complicación llamada eclampsia. La eclampsia puede tener consecuencias graves para la madre y para el bebé. 

Antes de las convulsiones, una mujer puede tener otros síntomas como dolor de cabeza intenso o persistente, vista borrosa o con puntos, sensibilidad a la luz, confusión mental o dolor intenso en la parte superior del abdomen. A veces las convulsiones aparecen sin previo aviso. Por esta razón a todas las mujeres que padecen preeclampsia severa se les da sulfato de magnesio, un anticonvulsivo. 



¿Cuáles son los síntomas de la preeclampsia?


La preeclampsia puede aparecer de repente, por lo que es muy importante saber reconocer los síntomas. Llama a tu doctor inmediatamente si notas hinchazón en la cara o alrededor de los ojos, o si las manos, los pies o los tobillos se te hinchan excesivamente o se te hinchan de repente. 

La hinchazón excesiva se produce debido a la retención de líquidos, que además puede provocar un aumento rápido de peso. Por eso coméntale también al médico o comadrona si aumentas más de 2 kg en una semana. 

Sin embargo, ten presente que no todas las mujeres con preeclampsia presentan hinchazón muy visible o un incremento de peso drástico, y no todas las mujeres que presentan hinchazón o rápido aumento de peso tienen preeclampsia. 

Si tienes preeclampsia severa puedes presentar otros síntomas. Llama a tu doctor inmediatamente si tienes cualquiera de estos síntomas: 


  • Dolor de cabeza fuerte o persistente.

  • Alteraciones de la vista como visión doble, borrosa, con puntos o destellos de luz; sensibilidad a la luz o pérdida temporal de la visión.

  • Molestias fuertes o dolor al palpar la parte superior del abdomen.

  • Náuseas o vómitos.


Algunos síntomas de la preeclampsia como hinchazón y aumento de peso, pueden parecer molestias normales del embarazo. Es por eso que podrías no saber que tienes preeclampsia hasta que te la detecten en una visita prenatal de rutina. Esta es una de las razones por las cuales es tan importante acudir a las visitas prenatales. 



¿Cómo se diagnostica la preeclampsia?


Tu doctor revisará tu presión arterial y te hará un análisis de orina. Si tienes hipertensión y proteína en la orina te diagnosticarán preeclampsia. (Incluso si no presentas proteína en la orina pero tienes hipertensión, el doctor podría pedirte que te realices otras pruebas). 

Se considera que tienes hipertensión arterial si tienes un valor sistólico de 140 milímetros de mercurio (mmHg) o mayor o un valor diastólico de 90 mmHg o superior. Debido a que la tensión arterial puede fluctuar durante el día, será necesario que la revisen más de una vez para verificar que esté constantemente alta. 

La enfermera también introducirá una tira reactiva en la muestra de la orina para averiguar si hay proteína. La cantidad de proteína en la orina también puede fluctuar durante el día, de manera que si tu médico sospecha que hay algún problema, quizás te pedirá que recolectes orina a lo largo de 24 horas para después analizarla. 



¿Qué causa la preeclampsia?


Aunque los investigadores han aprendido mucho sobre la preeclampsia en la última década, muchos aspectos de esta condición aún se desconocen. 

Los especialistas creen que en muchos casos la preeclampsia en realidad existe desde el principio del embarazo, bastante antes de que se manifiesten los síntomas, y que está relacionada con un riego sanguíneo reducido a la placenta. Esto podría suceder si la placenta no se implanta correctamente en las paredes del útero y las arterias de esa zona no se dilatan como deberían, de manera que llega menos sangre a la placenta. 

La hipertensión crónica y la diabetes también pueden disminuir el riego sanguíneo hacia la placenta. 

Hay estudios que indican que los cambios de riego sanguíneo a la placenta pueden producir altos niveles de unas proteínas de la placenta que entran en tu torrente sanguíneo. Esto puede producir una compleja serie de efectos, entre los que se incluyen: vasoconstricción (que produce hipertensión), daños en las paredes de los vasos (que provocan hinchazón y proteína en la orina) y alteraciones en la coagulación sanguínea, que a su vez pueden causar muchísimos otros problemas. 

No está claro por qué les sucede a algunas mujeres y a otras no, y es posible que no haya una única explicación. Podría deberse a la genética, a la nutrición, a ciertas enfermedades subyacentes, y a la manera en que el sistema inmunitario reacciona al embarazo, entre otros factores. 

¿Tener hipertensión antes del embarazo me expone a un mayor riesgo de preeclampsia?


Sí. Si sufres de hipertensión antes de concebir o durante la primera mitad del embarazo, se considera que tienes hipertensión crónica y tu médico necesitará hacerte controles rigurosos durante el embarazo para asegurarse de que tu tensión arterial esté controlada y el bebé esté creciendo bien. Verificará que no haya signos de preeclampsia ni otras complicaciones. 

Las mujeres que padecen hipertensión crónica y desarrollan preeclampsia corren más riesgo de sufrir complicaciones que las mujeres que tienen solo una de estas condiciones. 



¿Qué otra cosa me pone en peligro de desarrollar preeclampsia?


Es más común contraer preeclampsia por primera vez durante el primer embarazo. Sin embargo, una vez que has tenido preeclampsia, el riesgo de que vuelva a manifestarse en embarazos posteriores es mayor. 

Cuanto más grave es la preeclampsia y más temprano la padeces, mayor es el riesgo. De hecho, si tuviste preeclampsia severa y esta comenzó antes de la semana 30 del embarazo, el riesgo de que la vuelvas a padecer puede ser de un 40 por ciento. Otros factores de riesgo incluyen:


  • Tener hipertensión crónica.

  • Presentar cierto tipo de trastornos en la coagulación sanguínea, diabetes, una afección en los riñones o una enfermedad del sistema inmunológico como el lupas.

  • Tener un familiar cercano que haya tenido preeclampsia (por ejemplo: madre, hermana, abuela o tía).

  • Tener obesidad (tener un índice de masa corporal de 30 o más).

  • Estar esperando dos o más bebés.

  • Tener menos de 20 años o más de 40.


¿Cómo se trata la preeclampsia?


Depende del grado de gravedad, de cuántas semanas de embarazo tengas y de cómo se encuentre tu bebé. Probablemente te hospitalizarán al menos para hacerte una evaluación inicial y posiblemente durante el resto del embarazo te harán controles rigurosos. 

Además de los controles de presión sanguínea y los análisis de orina, el médico te pedirá una serie de análisis de sangre para determinar la gravedad del problema. También te harán una ecografía para controlar el crecimiento del bebé, un perfil biofísico y una cardiotocografía en reposo para ver cómo se encuentra el bebé. 

Si tienes preeclampsia leve y te encuentras en la semana 37 o más, probablemente te provocarán el parto de inmediato, especialmente si el cuello uterino está comenzando a afinarse y dilatarse. O, si hay signos de que tú o tu bebé no pueden tolerar el parto, te practicarán una cesárea

Si todavía no estás en la semana 37, la complicación es leve y parece estable, y tu bebé está bien, posiblemente no necesites dar a luz de inmediato. Por el contrario, puede que te envíen a casa y te digan que intentes descansar lo más posible. Quizás tu doctor te pida que controles tu tensión sanguínea en casa regularmente o te mande una enfermera para que la verifique. O bien, tu médico puede querer que permanezcas internada para que hagas reposo en cama y te puedan hacer controles. 

Si bien no hay estudios que demuestren que el reposo en cama mejora el pronóstico clínico tuyo y del bebé cuando tienes preeclampsia, la tensión arterial es por lo general más baja cuando descansas. Por eso la mayoría de los médicos sugieren reducir las actividades o hacer algo de reposo. (El reposo absoluto, en el que te obligan a permanecer en cama por periodos prolongados, probablemente no te ayudaría y aumentaría el riesgo de que se formaran coágulos de sangre). 

Independientemente de si te encuentras en tu casa o en el hospital, tú y tu bebé serán sometidos a controles rigurosos durante el resto del embarazo. Si estás en tu casa, esto significará que deberás hacer visitas frecuentes al médico para que verifique tu tensión sanguínea y te haga análisis de orina y además para que te hagan ecografías y cardiotocografías en reposo. Además, tendrás que contar los movimientos fetales todos los días. 

Si en algún momento los síntomas indican que la preeclampsia está empeorando o que tu bebé no está bien, te volverán a internar y posiblemente tendrás que dar a luz. 

Si te diagnostican preeclampsia grave, tendrás que pasar el resto del embarazo en el hospital. Y puede ser que te trasladen a un hospital en donde pueda atenderte un especialista en embarazos de alto riesgo. Te darán sulfato de magnesio por vía intravenosa o algún otro tratamiento para prevenir convulsiones y otra medicación para bajar la tensión arterial, si es que se encuentra demasiado alta. 

Si estás en la semana 34 o más, te inducirán el parto o, en ciertas circunstancias, te practicarán una cesárea. Si todavía no llegaste a la semana 34, te administrarán corticoesteroides para ayudar a que los pulmones del bebé maduren más rápido. Si no das a luz inmediatamente, tú y tu bebé serán sometidos a controles extremadamente rigurosos. 

Te inducirán el parto (o, en ciertas situaciones, te practicarán una cesárea) al primer indicio de que la preeclampsia está empeorando (por ejemplo, si tienes HELLP o eclampsia) o si tu bebé no está bien, independientemente del momento del embarazo en que te encuentres. 

Si desarrollas preeclampsia durante el parto, te harán controles rigurosos. Según tu situación particular, puede ser que te administren medicamentos para prevenir convulsiones y medicación para bajar la presión. 

Después del parto, permanecerás bajo estricta supervisión durante algunos días para verificar tu tensión arterial y controlar que no haya indicios de otras complicaciones. Muchos casos de eclampsia y del síndrome de HELLP ocurren después del parto, generalmente durante las primeras 48 horas. Por eso, no te extrañe que te sigan tomando la tensión con frecuencia. 

La tensión arterial empieza a bajar en un día más o menos, en la mayoría de las mujeres, especialmente si tienen preeclampsia leve. En casos más severos, la tensión arterial puede permanecer elevada por más tiempo. 

A las mujeres que presentan cuadros más graves se les administra sulfato de magnesio por vía intravenosa, durante por lo menos 24 horas después del parto. El objetivo es ayudar a prevenir las convulsiones. Lo más probable es las manden a casa con medicación para controlar la tensión arterial. 



¿Existe alguna manera de prevenir la preeclampsia?


No se sabe cómo se puede prevenir la preeclampsia, aunque existen muchas investigaciones en curso. Varios estudios han investigado si tomar calcio extra o vitaminas podría ayudar a prevenir o tratar la preeclampsia. Sin embargo, los resultados finalmente no demostraron beneficios para la mayoría de las mujeres. 

Aparte de eso, lo mejor que puedes hacer es recibir buena atención prenatal durante el embarazo y asistir a todas las visitas. En cada visita, tu médico controlará la tensión arterial y analizará la orina para estar seguro de que no contenga proteína. Es también importante que sepas reconocer los síntomas de la preeclampsia, de manera que puedas ponerlo sobre aviso y recibir el tratamiento adecuado cuanto antes. 



¿Existe una prueba que pueda detectar el riesgo de desarrollar preeclampsia?


Todavía no. Sin embargo, los investigadores están estudiando algunas proteínas que produce la placenta, las cuales son más elevadas en la sangre de las mujeres que desarrollan preeclampsia. Los especialistas tienen la esperanza de que algún tipo de prueba esté disponible en el futuro. 

Si tienes un alto riesgo de desarrollar preeclampsia, es probable que tu doctor te concierte más visitas prenatales durante el tercer trimestre con el objetivo de detectar esa condición lo más pronto posible. 



¿En qué se diferencia la preeclampsia de la hipertensión gestacional?


Si presentas hipertensión después de la semana 20 de embarazo pero no tienes proteína en la orina, se dice que tienes hipertensión gestacional (también conocida como hipertensión inducida por el embarazo). Si más adelante te encuentran proteína en la orina, tu diagnóstico pasa a ser preeclampsia. Esto le sucede a alrededor de una cuarta parte de las mujeres a quienes les diagnosticaron en un principio hipertensión gestacional. 

Lo más probable es que la tensión arterial vuelva a su nivel normal después de que tengas al bebé. Si la tensión arterial se encuentra todavía alta tres meses después del parto, te diagnosticarán hipertensión crónica. Eso no significa que la hipertensión gestacional te haya producido hipertensión crónica. Por el contrario, probablemente la hayas tenido en todo momento y simplemente no te diste cuenta. 

El embarazo generalmente hace que la tensión arterial disminuya al final del primer trimestre y durante gran parte del segundo trimestre, de manera que es posible que oculte temporalmente la hipertensión crónica. Por eso, si recién tuviste tu primera visita prenatal al final del primer trimestre o incluso más tarde, puede que el médico no la detecte hasta que el embarazo haya avanzado más.