viernes, 29 de mayo de 2015

Mareos y desmayos en el embarazo


¿Es normal sentirte mareada durante el embarazo?



Sí. No es raro que te sientas mareada o aturdida de vez en cuando. Cuando estás embarazada, tu sistema cardiovascular está sujeto a cambios drásticos: aumentan las pulsaciones, tu corazón bombea más sangre por minuto y la cantidad de sangre de tu cuerpo aumenta de un 40 a un 45 por ciento. 

En un embarazo normal, tus vasos sanguíneos se dilatan y tu presión arterial disminuye de manera gradual y alcanza su punto más bajo en la mitad del embarazo. Después comienza a aumentar y regresa a su nivel normal cuando el embarazo llega a su etapa final. 

La mayor parte del tiempo, los sistemas cardiovascular y nervioso logran adaptarse a todos estos cambios y hay una cantidad adecuada de sangre circulando en tu cerebro. Sin embargo, existen ocasiones en que dichos sistemas no se adaptan lo suficientemente rápido y cuando eso sucede, puedes sentirte mareada, un poco aturdida o incluso desmayarte.

¿Qué puedo hacer si me mareo?



Recuéstate en cuanto te sientas mareada o aturdida, para que no te caigas ni te lastimes en caso de que te desmayes. Si estás en un lugar donde no puedes recostarte, siéntate y trata de colocar la cabeza entre las rodillas. Y, por supuesto, si estás haciendo alguna cosa que pudiese ponerte a ti o a otros en peligro, como por ejemplo, manejar el auto, detente inmediatamente. 

Si te acuestas del lado izquierdo, aumentará el flujo de sangre hacia el corazón y en consecuencia, hacia el cerebro. Seguramente esto impedirá que te desmayes y es posible que también reduzca la sensación de mareo. 

A continuación incluimos algunas de las causas más comunes de mareos durante el embarazo y algunos consejos sobre cómo puedes evitarlas:

Pararte demasiado rápido

Cuando te sientas, la sangre se acumula en los pies y la parte inferior de las piernas. Si tu cuerpo no logra adaptarse cuando te paras, es porque no regresa suficiente sangre desde las piernas al corazón. Como resultado, la tensión arterial baja rápidamente y puede ocurrir que te desmayes. 


Para evitar marearte, trata de no levantarte abruptamente de la silla o de la cama. Cuando estás acostada, levántate despacio y permanece sentada unos minutos con las piernas colgando del costado de la cama o del sofá. Luego incorpórate despacio desde la posición de sentada, hasta pararte. 

La sangre también se acumula en los pies y las piernas cuando permaneces de pie en un lugar durante mucho tiempo. Si estás en una situación en la que no te puedes mover mucho, trata de mover las piernas para estimular la circulación. Usar medias de soporte también te puede ayudar a mejorar la circulación en la mitad inferior de tu cuerpo.

Acostarte sobre la espalda. 

En el segundo y tercer trimestres de embarazo, el útero en crecimiento puede hacer más lenta la circulación en las piernas al comprimir la vena cava inferior (la vena grande que regresa la sangre desde la mitad inferior de tu cuerpo al corazón) y las venas de la pelvis. 

Acostarte sobre la espalda puede empeorar este problema. De hecho, alrededor del 8 por ciento de las mujeres embarazadas desarrollan en su segundo y tercer trimestres una condición denominada síndrome hipotensivo en decúbito supino que consiste en que al acostarse sobre la espalda, se incrementan las pulsaciones, baja la tensión arterial y como consecuencia, la afectada se siente ansiosa, mareada y con náuseas hasta que cambia de posición. 

Para evitar este problema, acuéstate de costado en lugar de hacerlo sobre la espalda. Cualquiera de los lados es mejor que la espalda, aunque el lado izquierdo es mejor. Colocarte una almohada por detrás o bajo la cadera, puede ayudarte a permanecer de costado o, al menos, lo suficientemente inclinada como para impedir que el útero comprima la vena cava.

  • No ingerir suficiente comida y bebida. 

  • Si no comes lo suficiente, es posible que te baje el nivel de azúcar en la sangre (hipoglucemia), lo cual puede provocarte mareos o desmayos. Esto puede ocurrir con mucha más facilidad cuando estás embarazada. 

Trata de evitar que te baje demasiado el nivel de azúcar de la sangre y para eso come poco, pero muchas veces al día en lugar de hacer tres comidas grandes. Lleva contigo refrigerios o botanitas saludables de modo que puedas comer cuando tengas hambre. Lee más sobre cómo llevar una alimentación sana durante el embarazo. 

La deshidratación te puede afectar de manera similar. Asegúrate de estar hidratada y para eso bebe de ocho a diez vasos de agua por día, y más si practicas ejercicios o si hace calor.

Anemia. 

  • Si te encuentras anémica, tienes menor cantidad de glóbulos rojos para transportar oxígeno a tu cerebro y a otros órganos, lo cual te puede ocasionar mareos. La falta de hierro es la causa más común de la anemia, así que asegúrate de llevar una alimentación rica en hierro y de tomar vitaminas prenatales con hierro, especialmente en el segundo y tercer trimestre. Si padeces de anemia, tu médico posiblemente te recete además un suplemento de hierro.

Sensación de excesivo calor. 

Permanecer en una habitación en donde haga mucho calor o tomar un baño o una ducha calientes puede hacer que los vasos sanguíneos se dilaten, y de esta manera baje tu tensión arterial y te sientas atontada. 

Si te mareas cuando hay demasiado calor, evita los lugares abarrotados de gente y con aire viciado y vístete con ropas cómodas que te puedas ir quitando a medida que lo necesites. Toma duchas o baños tibios en lugar de calientes, y trata de mantener fresco el cuarto de baño.

Hiperventilación. 

El ejercicio en exceso o la ansiedad pueden algunas veces provocar una respiración acelerada y profunda (hiperventilación) y producirte un desmayo. Aunque el ejercicio puede ayudar a mejorar la circulación, ten mucho cuidado de no realizarlo en exceso cuando estés cansada o no te sientas bien. Empieza despacio. Si comienzas a sentirte mareada o aturdida mientras haces ejercicio, para y recuéstate. 

Síncope vasovagal. 

Algunas personas se marean cuando hacen fuerza para toser, orinar o mover el vientre. Estas acciones pueden provocar una respuesta vasovagal (o sea, un efecto sobre el sistema circulatorio provocado por el nervio vago), es decir, una disminución de la tensión arterial y de las pulsaciones, que produce mareos y desmayos. (La palabra síncope significa desmayo). 

La deshidratación, la ansiedad y el dolor pueden también desencadenar esta clase de reacción, y las mujeres embarazadas son más vulnerables a padecerla. Los mareos y las señales de advertencia como la sensación de calor, la palidez, el sudor, las náuseas, los bostezos y la hiperventilación muchas veces preceden al síncope vasovagal. Presta atención a estas advertencias y recuéstate inmediatamente para intentar prevenir el desmayo.

¿Cuándo debería llamar a mi médico?


La sensación de mareo de vez en cuando por efecto del calor, del hambre o por ponerte de pie demasiado rápido, por lo general no es una señal de algo grave. Es muy probable que ya no tengas ese tipo de sensación cuando nazca tu bebé. Sin embargo, si las medidas sencillas que comentamos más arriba no te alivian el problema o si tienes algún tipo de inquietud, no dudes en pedir ayuda. 

Asimismo, no dudes en llamar a tu médico o partera si tienes mareos continuos o aturdimientos frecuentes, o si los mareos se producen como consecuencia de una herida reciente en la cabeza. 

Llama de inmediato al médico si el mareo viene acompañado de fuertes dolores de cabeza, visión borrosa, problemas en el habla, palpitaciones, pérdida de la sensibilidad, hormigueo, dificultad para respirar o hemorragia. Cualquiera de estos síntomas podría estar indicando la existencia de un problema más grave que podría afectarte tanto a ti como a tu bebé. 


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