Si tienes síntomas de parto prematuro o crees que estás perdiendo líquido amniótico, llama a tu médico, quien probablemente te hará ir al hospital para hacerte una evaluación exhaustiva. Comprobarán si tienes contracciones, revisarán la frecuencia cardiaca del bebé, y te examinarán para verificar si has roto aguas. Analizarán tu orina para comprobar si hay signos de infección y tal vez te hagan cultivos cervicales y vaginales. Puede que también te hagan estudios para ver si tienes fibronectina fetal.
Si no has roto la fuente de aguas, tu médico hará un estudio vaginal para evaluar cuánto se ha dilatado o afinado tu cuello uterino. Lo más probable es que además te haga un ultrasonido abdominal para observar la cantidad de líquido amniótico y verificar el crecimiento, la edad gestacional y la posición del bebé. Algunos médicos también realizan un ultrasonido vaginal para revisar nuevamente la longitud del cuello uterino y ver si hay signos prematuros de afinamiento.
Si todos los análisis dan negativos, tú y el bebé parecen sanos, no has roto aguas y el cuello uterino permanece cerrado y sin afinamiento alguno, luego de unas horas es muy probable que te envíen a casa.
Aunque la forma de manejar la situación pueda variar un poco entre los distintos médicos, existen ciertas pautas generales.
Si aún no has llegado a la semana 34 de embarazo y se comprueba que muestras indicios de parto prematuro, pero las membranas están intactas, la frecuencia cardiaca del bebé es normal y no presentas signos de infección uterina u otros problemas (como preeclampsia grave o signos de desprendimiento prematuro de placenta), tu médico intentará retrasar el parto.
En primer lugar, te aplicarán una inyección intravenosa y te darán antibióticos para impedir que el bebé contraiga una infección por estreptococo del grupo B. Esto se hace como medida preventiva, ya que los resultados de un análisis indican se demoran 48 horas. Es muy probable que te den medicación para intentar detener las contracciones durante suficiente tiempo como para administrar corticoesteroides a tu bebé y acelerar el desarrollo de sus pulmones, intestinos y cerebro.
Si te encuentras en un pequeño hospital comunitario en donde no hay atención especial neonatal para un bebé prematuro, te transferirán a una institución más grande, de ser posible. Tú y tu bebé estarán bajo observación constante durante el parto, si es que éste continúa.
Si rompes la bolsa de la aguas antes de la semana 37 pero no tienes contracciones, el equipo médico puede optar por esperar a que comience el parto, o bien puede decidir inducir el parto o intentar retrasar el nacimiento con la esperanza de que el bebé tenga más tiempo para madurar. En cualquier caso, te administrarán antibióticos para protegerte del estreptococo del grupo B y otras infecciones, a no ser que recientemente te hubieran hecho una prueba que salió negativa.
Si estás de 34 semanas o más, quizás te induzcan el parto o te hagan una cesárea.
Si estás entre 32 y 34 semanas, analizarán tu líquido amniótico para ver si los pulmones de tu bebé están maduros. Si las pruebas muestran que los pulmones están maduros, te inducirán el parto o te harán una cesárea.
Sin embargo, si estás entre 32 y 34 semanas de embarazo y el líquido amniótico muestra que los pulmones de tu bebé aún no están maduros, o estás entre las semanas 24 y 32, los ginecólogos recomiendan esperar para el parto, a menos que haya una razón clara que indique que no es apropiado.
Esperar a que se inicie el parto le da al bebé más tiempo para madurar, pero aumenta el riesgo de una infección, lo cual podría ser peligroso para él. Pero a edades gestacionales muy tempranas, por regla general los beneficios de esperar son mayores que los riesgos inherentes a una inducción o cesárea inmediatas.
Mientras esperas, recibirás antibióticos (además de los que te darán para el estreptococo del grupo B) para reducir el riesgo de otras infecciones y ayudarte a prolongar el embarazo. También recibirás un tratamiento de corticoesteroides para ayudar a madurar los pulmones del bebé.
Durante todo este tiempo tu bebé y tú estarán bajo observación constante. Por supuesto, si desarrollas los síntomas de una infección o hay otras señales que indican que tu bebé no está prosperando, te inducirán o te harán una cesárea.
Si aún nos has llegado a las 24 semanas de embarazo, no se recomiendan los antibióticos para el estreptococo del grupo B ni los corticoesteroides. Tu equipo médico te informará sobre el pronóstico de tu bebé y puedes optar por que te induzcan o por esperar.