viernes, 10 de abril de 2015

Dolores en la parte baja de la espalda durante el embarazo



¿Qué me produce el dolor de espalda?


Es muy probable que tu dolor de espalda se deba al útero en crecimiento y a los cambios hormonales que estás experimentando. El útero en expansión desplaza el centro de gravedad y estira y debilita los músculos abdominales, lo que hace que tu postura cambie y tu espalda se vea sometida a una presión adicional. El útero también puede ejercer presión sobre un nervio y eso podría causar el dolor de espalda. 

Además, el peso extra que llevas significa más trabajo para tus músculos y mayor estrés para tus articulaciones, y esto explica por qué puede ser que sientas que el dolor de espalda empeora al final del día. 

Por otra parte, los cambios hormonales del embarazo distienden las articulaciones y los ligamentos que conectan los huesos pélvicos a la columna vertebral. Esto puede hacer que te sientas menos estable y tengas dolor al caminar, al estar de pie o sentada por periodos de tiempo prolongados. También al darte vuelta en la cama, al levantarte de un sillón bajo, al salir de la bañera, al agacharte, o después de levantar objetos. 

Si padeces de dolor de espalda, no eres la única. Alrededor de un 75 por ciento de mujeres embarazadas sufren de dolor de espalda. Es común que el dolor se presente en los últimos meses de embarazo o que se intensifique a medida que progresa el embarazo. 

El dolor podría incluso continuar después de que nazca el bebé, pero no te preocupes, que es muy probable que desaparezca en unos meses. 



¿Qué clase de dolores son comunes en la parte baja de la espalda?


Los especialistas describen dos tipos comunes de dolor en la parte baja de la espalda durante el embarazo: el dolor lumbar, que ocurre en la región de las vértebras lumbares, en la parte inferior de la espalda,el dolor pélvico posterior, que se siente en la parte de atrás de la pelvis. Algunas mujeres tienen síntomas de ambos tipos de dolor. 

El dolor lumbar es como el dolor en la parte baja de la espalda que quizás experimentaste antes del embarazo. Se siente sobre la columna vertebral y alrededor de ella, aproximadamente al nivel de la cintura o un poco más arriba. También puede irradiar a las piernas. 

Permanecer sentada o de pie durante periodos de tiempo prolongados y levantar objetos hacen por lo general que el dolor empeore, y éste tiende a ser más intenso al final del día. 

Un mayor número de mujeres embarazadas padecen de dolor pélvico posterior, que se siente más abajo que el dolor lumbar. Se puede sentir muy adentro de las nalgas, en una o ambas, o en la parte trasera de los muslos. Es posible que se desencadene a raíz de ciertas actividades tales como caminar, subir escaleras, entrar o salir de la tina, sentarse o levantarse de un sillón bajo, darse vuelta en la cama, girar el cuerpo, y levantar cosas. 

Las posiciones en que flexionas las caderas — como cuando te sientas en una silla o te inclinas hacia adelante mientras trabajas sentada en el escritorio — pueden empeorar el dolor pélvico posterior. Las mujeres con dolor pélvico posterior están también más predispuestas a tener dolor en el hueso púbico. 



¿Podría ser ciática?


Cuando el dolor en la parte baja de la espalda irradia a las nalgas y los muslos, se confunde muchas veces con ciática, una afección que no es común. La verdadera ciática, que puede ser causada por una hernia o una inflamación de un disco en la parte inferior de la columna vertebral, afecta sólo a alrededor del uno por ciento de las mujeres embarazadas. 

Si tienes ciática, el dolor de pierna será por lo general más intenso que el de espalda. Posiblemente sientas también dolor debajo de la rodilla, que puede incluso irradiarse al pie y los dedos de éste. Es probable que también sientas una sensación de cosquilleo u hormigueo en las piernas o te parezca que están como dormidas. 

Si la ciática es intensa, también puedes tener sensación de adormecimiento en la ingle o en la zona genital. Incluso puede suceder que tengas dificultad al orinar o al evacuar. O es posible que sufras del problema opuesto, es decir, de incontinencia (dificultad para contener la orina o las heces). 

Si piensas que tienes ciática, díselo a tu médico. Llámalo de inmediato si observas pérdida de sensibilidad o debilidad en una o ambas piernas o si sientes pérdida de sensibilidad en la ingle, vejiga o ano. 



¿Quiénes están más predispuestas a tener este tipo de dolor?


Si sufriste este tipo de dolor, ya sea antes de quedar embarazada o durante un embarazo previo, serás más propensa al dolor en la parte baja de la espalda. También presentas mayor riesgo si llevas un estilo de vida muy sedentario, eres poco ágil y los músculos de tu espalda y abdomen están débiles. 

Si estás embarazada de mellizos o gemelos, o incluso de más bebés, aumentan las posibilidades de tener dolor de espalda. La obesidad puede ser un factor de riesgo que genere dolor en la parte inferior de la espalda durante el embarazo. Sin embargo, los estudios que existen al respecto muestran resultados contradictorios.



¿Qué puedo hacer para calmar el dolor?

Cuídate y trátate con cariño. No pierdes nada al consentirte y al tomar algunas medidas para aliviar el dolor y la tensión en tu cuerpo. Al contrario, te sentirás mejor, aunque sea por un tiempo. Así que tómate tu tiempo y considera las siguientes sugerencias:

  • Aprende técnicas de relajación. Te pueden ayudar a sobrellevar las molestias y pueden resultarte especialmente útiles a la hora de acostarte, si es que el dolor de espalda es una de las cosas que te dificultan el sueño.

  • Trata de aplicar calor o frío. Si bien no hay pruebas concluyentes de que esto ayude, algunas mujeres afirman que sumergirse en una tina con agua tibia o colocarse una botella de agua caliente sobre la región afectada les proporciona al menos un alivio temporal. 

    Cuando las compresas calientes no te den resultado, trata con las frías. El aplicarlas es fácil de hacer y vale la pena intentarlo. Es recomendable que si usas compresas, ya sean frías o calientes, las cubras con un mantelito (o pedazo de tela) para que protejas tu piel.

  • Consiéntete y date un masaje. Los masajes prenatales, realizados por un terapeuta capacitado, pueden proporcionarte algo de alivio. Si tu seguro médico no cubre ese tipo de masajes, y no tienes mucho presupuesto para pagar por uno, una amiga o tu pareja te pueden dar un ligero masaje. Eso tal vez no te quite el dolor, pero te puede ayudar a relajarte. La mayoría de las compañías de seguros médicos no cubren los masajes. Sin embargo, si el dolor es muy intenso y constante, tu médico te podría referir a un terapeuta capacitado en masajes prenatales.





¿Existen otras opciones para calmar el dolor?


Sí, existen otras opciones, en caso de que las sugerencias que te brindamos arriba no te funcionen. Pero primero habla con tu médico para que evalúe tu caso y pueda recomendarte los mejores tratamientos. De ser necesario, tu médico te podría referir a un especialista. 

A continuación te brindamos algunas opciones que puedes considerar y sugerirle a tu médico:


  • Existen investigaciones que sugieren que la acupuntura puede ayudarte a aliviar el dolor de espalda durante el embarazo.

  • Algunas personas que sufren de dolor de espalda, se mejoran con terapia física. Además un terapeuta físico, puede enseñarte ejercicios que tú misma puedes hacer, para evitar que continúen los dolores en la parte baja de la espalda.

  • Algunas mujeres prefieren ir con el quiropráctico. No obstante, no existen muchos estudios en cuanto a los beneficios de los tratamientos que ofrecen los quiroprácticos a las mujeres embarazadas, que padecen de dolor de espalda.

  • Tu médico te podría recomendar que uses un cinturón especial (llamado en inglés “sacral belt”). A algunas mujeres este cinturón les ayuda a aliviar el dolor cuando caminan. Y a otras, no les ayuda del todo. De hecho, algunas mujeres sienten más dolor cuando usan este aparato.

¿Cuándo debería llamar a mi médico?

Infórmale a tu médico si padeces dolor de espalda. Y llámalo inmediatamente si:

  • El dolor de espalda es intenso y constante. También si notas que el dolor está empeorando. O si se debe a un trauma y si además del dolor, tienes fiebre.

  • Notas que perdiste la sensibilidad de una o las dos piernas; o si de repente sientes que no coordinas o que estás débil.

  • Notas que perdiste la sensibilidad de las nalgas, la ingle, la zona genital, la vejiga o el ano, lo que puede causar dificultad al orinar o que sufras del problema opuesto, es decir, de incontinencia (dificultad para contener la orina o las heces).

  • Tienes dolor en la parte baja de la espalda al final del segundo o tercer trimestre. Esto puede ser un síntoma de parto prematuro, particularmente si es la primera vez que tienes dolor de espalda.

  • Tienes dolor en la espalda o en el costado, debajo de las costillas. Esto puede ser un síntoma de una infección renal, especialmente si tienes fiebre, náuseas o sangre en la orina.


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